Reg Prop Intelectual N° 5341307 - ISSN 1667-4839

EJEMPLARES

Año 4 Número 13 - Mayo de 2006

La Guerra que pareció inevitable.

Disciplina Ciencias Militares

Autor/es: Rubé, Julio Horacio

CV: Abogado. Procurador Nacional. Profesor-Asesor de la Secretaría de Extensión del CMN-IESE. Profesor de Historia. Docente Universitario. Doctorando en Historia en USAL.

"En 1898 Chile había logrado convertirse en la séptima potencia naval del mundo pero Argentina, con la compra de los acorazados italianos, pronto ocupó el sexto lugar. Como las negociaciones diplomáticas no habían encontrado una salida definitiva, la respuesta inmediata fue la adquisición de armamentos. Roca consideró necesario, dadas las circunstancias, producir un gesto político amistoso con respecto a Chile. Matías Errázuriz, primo del Presidente trasandino y el Doctor Francisco P. Moreno, acordaron una entrevista con el mandatario trasandino en la ciudad de Punta Arenas. En la tarde del 15 de febrero de 1899, la flotilla argentina con la presencia del Belgrano, fondeaba en Punta Arenas, allí esperaba la escuadra chilena en la que se destacaba el acorazado O’Higgins, a bordo del cual se encontraba el Presidente de Chile. Otras unidades menores completaban la presencia de ambos países en la región. Roca decidió trasladarse en primer término al O’Higgins; con los saludos hubo gestos amistosos y un banquete, después fue Errázuriz el que visitó al Belgrano. El sábado 18 por la mañana, las comitivas se separaban. El abrazo, como se lo recordó, logró tranquilizar los ánimos a lo que contribuyó también, en mayo del año siguiente, el mensaje al Congreso Nacional del Presidente Julio Argentino Roca. Informó entonces, sobre el arreglo de la cuestión de la Puna y del sometimiento a demarcación de la línea fronteriza hacia el sur a S. M. Británica, y anticipó que ambas cuestiones podían darse por resueltas. En ese mismo mes, el Presidente de Chile, como respuesta, le hizo llegar a Roca, una simpática carta en la que también daba por terminado el conflicto. Sin embargo, no todos creyeron que la situación con Chile había concluido, pese a los esfuerzos de ambos mandatarios y al ambiente general favorable a la paz. Efectivamente, en el año 1901, volvieron a agitarse las pasiones, el diferendo planteado entre Argentina y Chile, se prolongaba sin resolverse, para muchos la opción era seguir sumando armamento para la eventualidad de un conflicto bélico, que los observadores entendían que en ese año, más que en otros, podía producirse. Hubo incluso, quienes pensaron que las acciones no comenzarían hasta que uno de los dos países lograra alguna superioridad significativa que garantizara la victoria. También se suponía en Argentina, que la ventaja a su favor, haría ceder a Chile y que lo contrario precipitaría la guerra. Todas eran especulaciones que partían del temor que podía significar la demora en atender la carrera armamentista, la versión americana de la Paz Armada. El descuido podía ser fatal, los tiempos eran perentorios y lo fueron más en ese año. Las naves siguieron siendo el referente más importante, y por esa razón se encargaron más unidades para la flota, no debía perderse la equivalencia o supremacía en el orden naval. Italia, como en los años anteriores, volvió a estar presente dando su apoyo a los argentinos. En los últimos días de diciembre de 1901, más precisamente en vísperas de la Nochebuena, la situación adquirió tal gravedad que la guerra pareció inevitable."

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